Los seres humanos tendemos a cuestionarlo todo, efectuando preguntas sobre el mundo entero y nosotros mismos. Dudamos de quienes somos y las cosas que hacemos. Jamás estamos completamente satisfechos con quien somos hoy, ni lo que hemos realizado. No estamos seguros de cómo vivir la vida, que todas nuestras acciones son erróneas. Simplemente sentimos que podríamos estar haciendo todo distinto e eminentemente.
Estos pensamientos nos obligan a trabajar arduamente para mejorar, pero también lleva consigo el sentirnos mal de nosotros mismos buscando medios alternos que nos hagan sentir a gusto. Es cuando empezamos a buscar comodidades, distracciones y empezamos a evadir las responsabilidades. Todos hemos en algún momento atravesado por una etapa de dificultad en la cual es normal y no tiene nada de malo esta clase de actuar.
¡Detente! Respira y mira a tu alrededor, aprecia esa calidez de estado interior en tí y externa en cuanto a lo que te rodea, sencillamente nota como se siente. Nota como este momento es suficiente tal y como es, sin necesidad de mejorarlo o cambiarlo. Es un gran milagro que no necesita de más. No olvides que tu también eres extraordinario/a tal y como eres, sin necesidad de ser diferente.
Nunca te compares a los demás, ámate a ti mismo que no necesites cumplidos de otros para sentirte bien. La seguridad interna se alcanza cuando no necesitas compararte con los demás en la habitación para sentirte bien en tu propia piel.
Recuerda pausar durante el día y hacerte las siguientes interrogantes: ¿Es este momento suficiente, soy suficiente y cambiaría algo? respondiendo siempre: "Sí, este momento es suficiente tal y como es. Yo, soy suficiente tal y como soy. No cambiaría nada de mí, ni de mi vida."